Recojo a mis hijas del colegio. Las dos tienen que contarme cosas -espero que recuerden que soy sordo de un oído y el otro lo tengo cascado- del colegio o del día, cuando llega el turno de la pequeña, me comenta que tiene que hacer un trabajo para Sociales de los planetas. Empiezo a hacerla preguntas y cada vez sus respuestas me hacen entrar en duda. Cuando le comento que he visto a un compañero salir del colegio con el trabajo, ella empieza a bloquearse y quedarse callada. Cuando empiezo a preguntarle aspectos temporales (cuándo, para cuándo, etc…), todavía se queda más callada y bloqueada. Quizás mi tono de voz se acerca al enfado, pero prometo que no, solo quiero que me cuente cómo podemos ayudarla. Durante el trayecto de vuelta a casa, solo habla entre dientes y no me contesta nada. Le explico que debe tener confianza en contarme las cosas porque queremos ayudarla para que entregue el trabajo el jueves. Sigue callada.
En la cocina lo sigo intentando, vemos la agenda y no tiene nada apuntado y tampoco despega los labios. La dejo en la cocina, mientras voy a llevar a su hermano a entrenar. Después de casi una hora, la encuentro sentada donde la había dejado y con la agenda abierta donde apuntó cuándo debía entregar el trabajo. ¡Ha tenido 25 días para hacerlo! Guardo la clama, porque mi objetivo se cumple y salimos corriendo a comprar el material. He conseguido tranquilizarla.
A la vuelta, su madre y yo le explicamos lo importante que es hacer las cosas con tiempo y que siempre se apunte todo, tal y como se lo explican en el colegio.
Mañana hará el trabajo con su madre. Espero que le de tiempo. Ella está asustada porque cree que le van a bajar la nota si no lo entrega.
Ahora ha cogido la manía de callarse cuando tiene un problema, no decir nada y eso puede alimentar que si estamos enfadados, vayamos a más. Yo estaba hirviendo, pero mi objetivo era tranquilizarla, que me contara todo, pero parecía que yo estaba enfadado. Yo me notaba que debía tranquilizar el ambiente. Lo he logrado cuando me he ido. Cuando he vuelto y me lo ha contado, lo primero que me ha dicho «He tenido confianza» y era verdad, una hora tarde, pero cierto. Ahora quiero que me cuente las cosas al momento, pero yo también debo mejorar mi expresión corporal y tono de voz.
Esperando a que mañana avance y deseando un gran día, me voy a dormir. No sé que me pasa, pero estoy muy cansado. Creo que es la primavera.
Mañana más y mejor.
Bye